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domingo. 06.10.2024
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TRIBUNA | Combustibles fósiles

Descarbonizar las cumbres del clima

La profesora Emily Shuckburgh, de la Universidad de Cambridge, describió Glasgow como una "puerta de entrada a un mundo comprometido con un calentamiento de 1,5 grados centígrados, pero para conseguirlo es necesaria una acción acelerada". Tras dos años de pandemia que han exigido una profunda reflexión, casi 200 países acudieron a lo que la mayoría consideraría un momento mesiánico en materia de cambio climático . Se vislumbra un escenario listo para abarcar el tema más urgente y evidente de este siglo por líderes nacionales de todo el mundo.
TRIBUNA | Elecciones en Brasil

¿Qué pasa en Brasil? Cinco apuntes para intentar comprender(nos)

Los resultados de las elecciones de Brasil nos sorprendieron a todos. Sorprendió a los institutos de investigación electoral, a los analistas políticos y a toda la gente que en ellos creía. Sorprendió, de manera general, a los demócratas. Sin embargo, no sorprendió a los votantes de Jair Bolsonaro, que desde 2018 entablan una dura campaña de deslegitimación de dichos Institutos. La fórmula para promover este tipo de negacionismo científico resulta de la suma de dos argumentos: la acusación de que “los Institutos de investigación electoral mienten” y afirmar que “las urnas electrónicas son fraudulentas”.

Más allá de la modernidad: ¿Sirven los viejos esquemas para responder a los desafíos actuales?

Nuestra actualidad histórica contemporánea está marcada por crecientes crisis y desafíos, los cuales interpelan nuestro sentido del mundo que nos rodea y del cual somos y hacemos parte. Crisis como la climática-medioambiental, epidemiológicas, bélicas, de polarización y conflictos internos, psicológicas, económicas y de distribución de recursos, de impactos tecnológicos y muchas otras dinámicas paralelas multidimensionales que nos reclaman como ecosistema, como especie, como sociedades, y como personas.

Gustavo Petro será el próximo presidente de Colombia

Las elecciones en Colombia entran en su última semana, a falta de la celebración de los comicios, el próximo domingo 19 de junio. Los candidatos son dos. De un lado, Rodolfo Hernández; de otro, Gustavo Petro. El primero es una suerte de Donald Trump a la bumanguesa. Un outsider, crítico con el establecimiento –pero al que el establecimiento apoya masivamente– y cuya campaña se ha centrado en dos aspectos fundamentalmente: la proyección de una imagen política incorrecta, casi indómita, que llega a desafiar a la misma institucionalidad y el Estado de derecho; y, asimismo, un discurso basado en la lucha contra la corrupción. Un tema que, de manera profunda, alimenta el hastío y la desafección política que predomina en buena parte de la cultura política colombiana. El otro es Gustavo Petro. Otrora militante de la guerrilla del M-19, y que, con el paso de los años, ha ido forjando una identidad política basada en la integridad, el fortalecimiento del Estado y la justicia social. Algo de lo que, aparte de su condición de senador, pudo mostrar con su alcaldía al frente de Bogotá, entre 2012 y 2015.

Una conversación de tú a tú entre la academia y las calles

Todo lo que se investiga debe ser compartido porque no hay utilidad para el conocimiento que se queda guardado a siete llaves. Un estudioso o un intelectual no sólo debería conocer distintas maneras de leer la sociedad, tiene la importante misión de saber comunicarse con ella. Si bien en las universidades nos orientan a publicar artículos como forma de divulgación de las indagaciones o de nuestras ideas, es evidente que la penetración de las revistas académicas queda restringida a un círculo muy pequeño de lectores. En este sentido, más que ser leído, la intención suele ser “rellenar el CV” o “tener prestigio” a partir de “publicaciones indexadas”. Pese a que yo también he recorrido ese camino en mi brevísima trayectoria académica, las veces en que más he compartido reflexiones y debatido sobre mi investigación han sido charlando, sin pretensiones, con gente que se ha interesado por lo que tenía que decir.

Gustavo Petro será el próximo presidente de Colombia

Las elecciones en Colombia entran en su última semana, a falta de la celebración de los comicios, el próximo domingo 19 de junio. Los candidatos son dos. De un lado, Rodolfo Hernández; de otro, Gustavo Petro. El primero es una suerte de Donald Trump a la bumanguesa. Un outsider, crítico con el establecimiento –pero al que el establecimiento apoya masivamente– y cuya campaña se ha centrado en dos aspectos fundamentalmente: la proyección de una imagen política incorrecta, casi indómita, que llega a desafiar a la misma institucionalidad y el Estado de derecho; y, asimismo, un discurso basado en la lucha contra la corrupción. Un tema que, de manera profunda, alimenta el hastío y la desafección política que predomina en buena parte de la cultura política colombiana. El otro es Gustavo Petro. Otrora militante de la guerrilla del M-19, y que, con el paso de los años, ha ido forjando una identidad política basada en la integridad, el fortalecimiento del Estado y la justicia social. Algo de lo que, aparte de su condición de senador, pudo mostrar con su alcaldía al frente de Bogotá, entre 2012 y 2015.